En la ciudad de Talagante, y en fechas del siglo XIX que no se han podido precisar con exactitud, comenzó a aparecer una cerámica policromada que perdura hasta el día de hoy, y que al igual que la cerámica de las Monjas Claras y la de las Hermanas Gutierrez es un sello característico y diminutivo.
La cerámica en Talagante, es producto del trabajo de una sola familia (Díaz Jorquera), que en la actualidad se ha ido traspasando a otras generaciones a través de un Taller realizado el año 2004 por la Fundación Prodemu a mujeres de la Comuna.
El estilo de la arteanía de Talagante de acuerdo con el contenido de sus temas, se puede entender como "contar un cuento de greda", expresión que se aplica en lo argumental y lo formal.