Un 13 de mayo de 1647 se registró un fuerte terremoto en Santiago a las 22.30 hrs. Se sintió en la totalidad del Reino de Chile, por aquella época gobernación colonial del Imperio Español, entre los ríos Choapa y Maule. Tuvo una magnitud estimada de 8,5 grados Richter.
Fallecieron sobre 600 personas. Reportes de la Real Audiencia al Rey Felipe IV describiendo los efectos del terremoto hacen referencias a movimientos en el mar que sirven de base para afirmar que el temblor generó un tsunami. Por esos tiempos San Antonio no existía y la ola resultante habría entrado por la desembocadura del río Maipo, la playa desde Barrancas hasta San Antonio y el humedal que había en lo que hoy es Avenida Centenario.
Archivos de la Real Audiencia afirman que “por todos los puertos de la costa central advirtieron los pescadores tanta violencia en las olas de mar que se subían sobre las más altas sierras que las cercan”.
Uno de los aspectos más recordados de ese sismo es el ocurrido con el Cristo de Mayo, un crucifijo en el Templo San Agustín que permaneció intacto a excepción de la corona de espinas que cayó al cuello y considerado por los fieles de Santiago como un milagro.
JGV