BiblioRedes Panguipulli Presenta el libro destacado de la semana: "Vivo o Muerto" de Tom Clancy & Grant Blackwood

 

Vuelve Jack Ryan. Y esta vez los malos han cambiado. Los comunistas rusos de la guerra fría ya no preocupan, y las potencias asiáticas no son un enemigo en ciernes. Después de los atentados del 11-S y de dos guerras en oriente próximo y medio, el enemigo ahora son los musulmanes radicales.

Lo que no ha cambiado nada en absoluto es la forma del autor norteamericano de retratar a los bandos en conflicto. De acuerdo a la óptica de Clancy, qué malos son los malvados moros, que torturan y asesinan indiscriminadamente en nombre de la grandeza de Alá, y qué buenos buenísimos son los amados norteamericanos, que todo aquello que hacen lo hacen en nombre del bien común, de sus conciudadanos y de La Democracia (así, con capitalización incluida). Los británicos también molan, un poco, sí. Y también hay gente guay en otros países occidentales, alguno que otro suelto. Pero no tanto como los maravillosos y súper patrióticos norteamericanos. Qué buenos son. Mamá, quiero hacerme norteamericano.

No nos engañemos, el libro me ha encantado. No es una de esas novelas que te cambian la vida, que te marcan por dentro y te hacen ver el mundo de una forma radicalmente distinta. Más bien al contrario: "Vivo o Muerto" es como una de esas superproducciones de acción de Hollywood, donde se priorizan el espectáculo visual, los efectos especiales y (ya que estamos) la exaltación del patriotismo. Es el equivalente literario a los "Modern Warfare 3" y "Battlefield 3" de la última generación de videoconsolas. El libro es como un gran puzzle. Los capítulos son cortos (hay pocos capítulos de más de diez páginas aquí) y en cada uno de ellos transcurre una única escena con unos pocos personajes como protagonistas. A medida que avanzamos y vamos atando cabos, podemos ir intuyendo la escena completa. Y como en best-sellers como "El Código Da Vinci", la malvada genialidad consiste en que cada capítulo nos deja en un punto álgido y, con la excusa del "Venga, un capítulo más, que es cortito, y lo dejo" nos podemos extender horas y horas enganchados al libro. El sentido del ritmo es, además, excelente, y los hechos transcurren con claridad casi cinematográfica.

Sin embargo, en el libro subyace una lectura bastante maquiavélica: el objetivo es defender el país y para ello es necesario aplicar todas las medidas que sean necesarias, por extremas que sean. Durante buena parte del libro, este mensaje subliminal no es especialmente grave (nada que no pudiese esperarse o permitirse en un libro de este género), pero hay ciertos momentos donde toma una relevancia preocupante. Hay una determinada escena del libro (obviamente no daré detalles al respecto) donde, a mi juicio, a Clancy y a Blackwood [1] esto se les va la cosa de las manos. Y mientras la premisa de que "el fin justifica los medios" alcanza cotas preocupantes, los autores ponen en boca de los personajes justificaciones e intentos de racionalizar lo que está sucediendo. Es un "los militares saben lo que debe hacerse y el público civil, cuanto menos sepa, mejor". En ese aspecto, el libro deja una sensación agria en el paladar, y más parece destinado a justificar las atrocidades cometidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak que a entretener al lector.

Pero si se dejan de lado estas consideraciones y se lee únicamente como el thriller de terroristas, militares y espías que es, "Vivo o Muerto" ofrece una lectura absorbente y adictiva, repleta de escenas muy bien planteadas y desarrolladas, que te engancha desde la primera página y no te deja escapar hasta la última. E incluso así, lo hace con la condición de que te quedes deseando que Clancy saque pronto la siguiente entrega de la saga.

 

Fuente: Nudo y desenlace