BiblioRedes Panguipulli Presenta el libro destacado de la semana: “Eslabones” Nuruddin Farah

 

Interesarse por la narrativa en castellano de Nuruddin Farah (Baidoa, Somalia, 1945) puede traer algunos sinsabores pero también algunas alegrías. Los primeros se deben a que Secretos y Regalos, sus únicos títulos traducidos, pertenecen a catálogos extintos, por los que conseguirlos requiere suerte o una búsqueda sufrida en el mercado de segunda mano. Las segundas proceden de la editorial Siruela, que recientemente se ha aventurado a publicar Eslabones (con excelente traducción de Miguel Martínez-Lage), y promete hacer lo mismo con Nudos, segundo volumen de una trilogía ambientada en la Somalia después del colapso desatado en 1991 tras la caída del régimen militar de Siad Barre.

De momento, esto es lo que tenemos de este escritor afincado en Estados Unidos que pasa por ser una de las mejores plumas del panorama literario. Le avalan su trayectoria, reconocimiento internacional y su nombre en las quinielas para cosechar el Premio Nobel. Más allá de lo que pueda pensarse, de ganarlo nos beneficiaríamos sus lectores gracias a la predecible avalancha de traducciones que suelen suceder al pronunciamiento del galardón sueco. No hace falta ser un lince para reconocer en la obra de Farah una novelística de gran calado que, junto a la de Chinua Achebe y N’gugi wa Thiongo, corona el panteón de las letras africanas contemporáneas.

Aunque la narrativa de Farah está repleta de elementos genuinos de su tierra natal y sus títulos se adentran en periodos de la historia reciente de Somalia, no podemos encasillar a Farah como un simple cronista. Sus novelas encierran un prosa elegante trabada por estructuras complejas bien ensambladas y de ágil lectura. Los diálogos suelen cristalizar en intercambios cargados de intensidad, siempre reveladores y, en consecuencia, un tanto profanadores, como baúles que explotan al levantar la tapa.

Todos los personajes de Farah abrigan mundos complejos que el autor desvela hasta hacerlos peligrosamente cercanos. Por ejemplo, a través de sus sueños, que afectan a sus vigilias porque a veces son reveladores y a veces premonitorios. Accedemos a su intimidad porque la voluptuosidad y el sexo juegan un papel central, manifiesto en relaciones heterosexuales, homosexuales, incestuosas incluso (Secretos). Y todo este mundo interior se abre en el seno de las relaciones familiares, aspecto de singular trascendencia en la cultura somalí habida cuenta la relevancia del clanismo en la sociedad así tradicional como presente. Y es en el presente donde la sabia bergmaniana de Farah se entremezcla con su vena más crítica, capaz de “dedicar” el título de una obra a la malévola ayuda internacional (Regalos), o de frivolizar sobre los helicópteros norteamericanos derribados en Mogadiscio en 1993 para vindicar el descontento de los somalíes ante el ultraje de las fuerzas neocoloniales.

En Eslabones relata el regreso de Jeebleh al Mogadiscio actual tras 20 años de exilio en Nueva York. El motivo es el secuestro de Bile, la sobrina de un íntimo amigo con el que compartió penurias en prisión. Todo apunta a que detrás del secuestro se encuentra Caloosha, hermanastro de Jeebleh, señor de la guerra y, por tanto, uno de los responsables de que la capital somalí esté sumida en una anarquía de violencia y caos. A través de los ojos de Jeebleh, Farah compone un fresco de su tierra natal realista, desmitificador y nada autocomplaciente. Eslabones es una historia que ilumina la realidad y que no aspira a resolverla porque, como escribe el autor, “los somalíes nunca rinden pleitesía a la autoridad de un uniforme del modo en que lo hacen los alemanes. Nosotros nos plegamos sólo a la fuerza bruta de las armas”.

Fuente: Revistapueblos