La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir, preciso. Sir Francis Bacon

Papelucho está despierto mientras su mamá y hermanita recién nacida duermen en la clínica. Para combatir el aburrimiento, inventa un juego que termina llevándolo, bueno y sano, al pabellón.

 

A pesar de que le hayan extirpado su apéndice, vive aventuras que lo convierten en un héroe: rescata de un incendio a Casimiro – el pequeño paciente a quien debieron operar en lugar de Papelucho – y salva a su hermana de ser aplastada por su casa durante un temblor. También conocerá la amistad de Adalberto Rubilar, un anciano que lo quiere como un nieto y le da un gran regalo.