Premio Nacional de literatura
Publicado el Septiembre 3, 2010 - 16:23Premio Nacional
Un clima de prosperidad económica y tranquilidad política, consecuencia de la explotación minera de Chañarcillo; las exportaciones de trigo a California y a Australia; la obra política de Diego Portales, el triunfo en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, fueron algunos factores que propiciaron el surgimiento del llamado Movimiento Literario de 1842 o Generación del 42. Por otra parte, la presencia de Andrés Bello y su dedicación a la creación de una tradición cultural y al fomento en la juventud chilena del amor por la literatura, además de la oleada de emigrantes argentinos llegados a Chile, entre los que se cuentan a José Joaquín de Mora y Domingo Faustino Sarmiento, impulsaron este nuevo movimiento.
En términos generales el escenario dentro del cual se desarrolló el llamado Movimiento Literario de 1842 fue el de la polémica. Así, una de las discusiones que dio inicio a este período fue la llamada controversia filológica. El 27 de abril de 1842, Pedro Fernández Garfias publicó Ejercicios populares de la Lengua Castellana en el diario El Mercurio de Valparaíso exponiendo una serie de términos y palabras que consideraba reprobables. La reacción ante este artículo fue dividida, mientras Domingo Faustino Sarmiento lo recibió favorablemente, dos artículos firmados con los pseudónimos Un recoleto y T.R.E.S, respectivamente, lo impugnaban. A estos dos artículos respondió nuevamente Sarmiento, mientras a éste respondía Andrés Bello firmando con el seudónimo un quidam. La respuesta de Sarmiento a Bello no se hizo esperar, así con el título Contestación a un quidam y luego Segunda contestación a un quidam, lo acusó de impulsar a la juventud a estudios que iban en menoscabo de los ideales de la ilustración. La batalla se extendió hasta el 30 de junio de 1842, integrándose a ella José María Núñez.
Una segunda polémica comenzó con la publicación de Clasicismo y Romanticismo de Vicente Fidel López en la Revista de Valparaíso, la que recibió en forma casi inmediata la réplica de Salvador Sanfuentes con su artículo El Romanticismo publicado en El semanario de Santiago. A Sanfuentes contestó José Joaquín Vallejo en un artículo, publicado en El Mercurio, que hacía burla del Romanticismo. Las repercusiones continuaron con nuevos artículos de Vicente Fídel López, de Sarmiento y de Antonio García Reyes. Esta polémica concluyó en agosto de 1842.
En forma paralela, comenzó su gestión la Sociedad Literaria, cuyo discurso inaugural fue leído por José Victorino Lastarria el 3 de mayo de 1842. La Sociedad literaria de 1842 surgió, de acuerdo con lo señalado por Jacinto Chacón, gracias al espíritu de protesta contra los perseguidores y sus reaccionarios que nació en esta generación debido a la persecución emprendida por los conservadores en contra de los intelectuales liberales tras la muerte de Diego Portales.
Fuente: Memoria Chilena
Isabel Allende Ganadora 2010
Tras meses de polémicas, candidaturas frustradas y frases elogiosas de ex presidentes, hoy el Premio Nacional de Literatura fue otorgado a la escritora Isabel Allende. El resultado no es sorpresivo: durante estos últimos meses, la necesidad de reconocimiento a Isabel Allende se basó en factores externos a la calidad literaria: que pocas veces se ha premiado a una mujer, que es tan exitosa en el extranjero que parece imposible que lo sea en nuestro país, y un etcétera tan largo que el Premio, su historia y su mérito pareció olvidarse entre tanta confusión de opiniones y argumentos.
Allende, que ha publicado desde 1975, ha lanzado más de 20 novelas y ha ganado más de 30 premios, no debería quejarse demasiado del reconocimiento de su obra. Según comentan, el mismo Presidente llamó a Allende, y ella ha declarado que se siente contenta de haber recibido este premio en su propia tierra, y que éste es un triunfo no sólo de la buena literatura, sino también de las mujeres. Es, por supuesto, un triunfo personal, pero también una reivindicación de una literatura que pocas veces se ha premiado en Chile.
El problema -si es que hay un problema en algo tan poco relevante como la obtención de un premio en literatura- es que, al menos hasta ahora, nadie ha decidido por qué debemos dar un premio a algún escritor. Y puede estar bien que debamos galardonar a escritores que intenten compensar ciertas discriminaciones en nuestra sociedad. Puede estar bien, por ejemplo, otorgar los próximos premios a escritores de comunas más pobres, o sólo a escritores de best Sellers que se sienten atacados por la Academia, pero si nadie decide qué premiamos cuando premiamos, el premio sirve de bien poco. Por eso, por muy de acuerdo que estemos con la necesidad de premiar a Allende, antes de todo eso, sería mejor ponernos a pensar si queremos que este premio siga existiendo.