"PIEDRAS TACITAS" en la localidad de Las Cruces. Fotos inéditas del año 1975.

En el presente artículo se hace referencia a un trabajo de campo exploratorio, de tipo antropológico, realizado por el reconocido grupo de la revista "Expedición a Chile" en el mes de Enero del año 1975. En dicho trabajo, se presentó el resultado de una exploración del área por parte de arqueólogos y el texto completo de una entrevista hecha a miembros de la familia de apellido Codoceo que habitaban en la "Playa Grande" de Las Cruces, junto a la "Laguna del Peral", lugar antiguamente ocupado por el horizonte cultural Bato, Cultura Llolleo y Aconcagua, pescadores y recolectores desde tiempos antiguos.  El capítulo: "Los inicios de "Expedición a Chile": una entrevista en Las Cruces (zona central de Chile) en 1975: pescadores y mariscadores de la Playa Grande.

Son tres imágenes, tomadas en enero del año 1975, son un complemento importante para dicho artículo. Hurgando en álbumes fotográficos de diapositivas antiguas, finalmente se ha podido rescatar y hacer digitalizar. Por lo que aquí se presentan como valioso antecedente para la historia del lugar...

En la imagen se visualiza una vivienda de tablas de madera perteneciente a la familia Codoceo, construida a partir del año 1944 en aquel mismo lugar. Su dueño el señor Humberto  Codoceo, originario de San Francisco del Monte vivía en la época de la entrevista, dedicado a la pesca y al comercio de productos marinos que capturaba o recogía con  su esposa e hijos, tal como se relata en la entrevista citada. La vivienda fue construida al lado de un grupo de gigantescos bloques rocosos que le sirven de protección. En el bloque más alto (donde se ve sentado a un joven), se hallan 11 "tacitas", de las que, por desgracia, no se conservan fotografías.

Los dos bloques de roca que mostramos a continuación, se sitúan a cierta distancia de su vivienda, ladera arriba, hacia el Este, en el sector que los Codoceo denominaron como "El Morro" y a unos 120 metros de altitud sobre el nivel del mar.  Distan algunas pocas cuadras de la vivienda, cerro arriba. Dos de los hijos de los Codoceo nos condujeron a visitarlos, cuando en la conversación salió el tema de las "piedras de los indios".

En El Morro, se nos presenta un bloque granítico, en donde se presentan tres "tacitas". Las dos de la parte superior bastante profundas; la de la parte inferior, en cambio, muestra escasa profundidad. Tal vez, se hallaba en proceso de elaboración. La parte superior del bloque se alza entre un metro veinte a un metro cuarenta por sobre el suelo y presenta una clara inclinación. 

En el siguiente bloque de granítico, se muestra otras cuatro "tacitas de unos 14 cm. de longitud.  En este sector de "El Morro" había en total tres bloques, uno de los cuales no alcanzó, por desgracia, a ser fotografiado por nuestro grupo.

Consideraciones a tener en cuenta sobré el Artículo:

1) La familia de don Humberto Codoceo se instaló a su llegada a Las Cruces el año 1944 desde San Francisco del Monte de donde era originaria, exactamente en el mismo sitio en que la antigua culturas Llolleo y Aconcagua y el Horizonte Cultural Bato, se habían asentado con muchos siglos de anterioridad. Ellos, en realidad, no hacían otra cosa que seguir antiguas tradiciones en el lugar.

2) Las piedras "tacitas” también formaban parte de su instrumental casero, al servirles para la molienda, como en tiempos antiguos.

3) Los Codoceo sabían perfectamente que dichas "tacitas" eran de antiguo origen indígena, a falta de otro tipo de artefacto de molienda, como metales o batanes, más propios de una época de práctica agrícola...

4) Las "tacitas” se van profundizando poco a poco con el mismo uso por parte de los ocupantes. Por lo cual una tacita muy profunda, sin duda alguna, denota un uso mucho más prolongado en el tiempo. Tal vez con generaciones de diferencia.

5) Ha habido bastante discusión y controversia con respecto al empleo y forma de utilización de estas "tacitas". Lo obvio e inmediato parecería ser el adjudicarles una función primariamente muy práctica, como lugar de molienda, accesorio indispensable de la cocina familiar. Ahí se podía - y aún se puede- moler de todo, desde pescado seco, charqui o cochayuyo seco hasta variados tipos de semillas, vegetales, hojas o incluso materias colorantes, como era el caso de la preparación de tintura roja para pintar útiles de pesca, labor ésta muy difundida entre los grupos pescadores. Que en ciertas culturas, hayan podido tener una significación adicional de tipo ceremonial o ritual, más compleja, como por ejemplo, como colectores de sangre en sacrificios animales en ciertas festividades, no es nada imposible.  ¿O, tal vez, en ceremonias relacionadas con el culto al agua? Es posible. Tal como, ocurre en el caso de las piedras horadadas, hay aquí un tema abierto para la discusión. Los distintos autores ofrecen muy diversas explicaciones y no existe unanimidad al respecto. Lo que es evidente es que también y en forma prioritaria,  fueron usadas  como metates o batanes  (para la molienda), ofreciendo estos artefactos la gran ventaja de que no podían  ser hurtados  o arrebatados  a sus dueños  por eventuales  saqueos  a las viviendas o propiedades..

6) La pretendida objeción de que se trataría de formaciones enteramente naturales, de tipo geológico, queda totalmente desvirtuada por las pruebas científicas hechas y por la analogía etnográfica que reconoce su uso aún hoy por algunas tribus como elementos usuales de molienda. Con frecuencia, se ha hallado, además, entierros humanos y artefactos asociados a tales "piedras tacitas”. Es decir, hubo una evidente actividad humana en torno a estos bloques rocosos. Ahora bien, que sus "fabricantes" hayan podido aprovecharse de algunas cavidades naturales de la roca (máxime del granito, más fácil de pulir y trabajar), para ahondarlas y transformarlas en auténticas "tacitas", nos parece más que natural.

7) Y la gran pregunta que nos surge finalmente hoy: ¿Existirán todavía estos bloques de piedras "tacitas" en el área de la Playa Grande de Las Cruces, o habrán sido arrasados y destruidos totalmente por la creciente modernización?  ¿Estarán, tal vez, estos bloques incorporados hoy a predios particulares o parcelas de agrado construidas en el lugar? ¿Habrán sido respetados por sus nuevos propietarios? Ciertamente, nos gustaría saber más detalles acerca de su destino final.

Nota a Considerar:

En la noche del viernes 25 de octubre de 2019 y utilizando una retroexcavadora se extrajo y se removió de su lugar una pieza arqueológica denominada “Piedra Tácita”. Esto fue realizado en la parte posterior del terreno en la dirección Litoral de los Poetas 2150, Las Cruces, comuna de El Tabo, provincia de San Antonio, cercano al sector noroeste del humedal y Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral.

 

Fuente de Información: Dr. Horacio Larraín Barros, Blog Eco-antropología y Cablenoticias.

Autor del Artículo: Christopher Nils Moller.