El Renacer de un Clásico
Publicado el Enero 10, 2011 - 12:23En el Museo Aeronáutico y del Espacio de Chile, desde hace dos años están dando forma al renacer de un histórico de la aviación chilena, nos referimos al glorioso avión 405 Manutara, que realizara el primer vuelo de una aeronave a Isla de Pascua el 19 de Enero de 1951, viaje que se inició en La Serena, al mando del avión se encontraba el Capitán de Bandada Roberto Parragué Singer, hoy todo un símbolo ligado a los Catalinas. El avión original que realizó este viaje era un Consolidated PBY-5A serie FACH 405, parte del segundo lote recibido por la FACH, a mediados de los 40, de un total de tres entregas, con 12 aviones recibidos entre 1943 y Febrero de 1948. Consignar que este avión en particular fue bautizado Manutara, en Enero de 1951. Luego, fue renumerado como 560, y en 1958 vuela nuevamente a la Isla de Pascua, y el 16 de Junio de 1961 se estrella en el Lago Peñuelas de Valparaíso, falleciendo en la oportunidad los Subtenientes Guillermo Valenzuela Matus, piloto, Sergio Moena Concha, copiloto, y los tripulantes Sargento 1º Cinivaldo Coquedano Pérez, Sargento 1º Eduardo Olea Campos, Cabo Blas Urrutia Maldonado y el Cabo Jorge Pinto Contreras.
El avión que se está terminando de reconstruir para exhibición en el Museo Aeronáutico de Chile con la identidad del mítico 405, es uno de los tres ex Aeronavale (Marina de Francia) que prestaron servicios en ASPAR (Aeroservicios Parragué). De estos aviones lo único claro es su identidad como PBY-5A (OA-10A para el arma aérea de la flota francesa), con números de serie CV-281, CV-332, CV-520. El 281 y el 332 recibieron respectivamente las matrículas civiles CC-CDS y CC-CDT. Hasta aquí todo claro, donde se complica es cómo llegan a Chile.
Según la historia del Arma Aérea de la Flota (Marina de Francia), estos tres aparatos fueron donados a la Armada de Chile en 1973, entre otras cosas debido a la cercanía que sentían con el gobierno de la época (la política no es asunto de esta página). La Armada de Chile rechaza la oferta en parte debido a los acontecimientos que se estaban viviendo en el país y, a la vez, por que se encontraba en negociaciones por adquirir a Estados Unidos una partida de aviones Grumman Albatros (de los que llegó a operar 1 aparato). Los aviones franceses quedaron abandonados a su suerte en Tahití. Otras fuentes indican que estando estos aviones abandonados en esta Isla, Parragué trato de comprarlos a la Aeronavale, a lo que los franceses prefirieron donárselos por los servicios prestados por este hombre en su logro de unir Tahití con Sudamérica, enviando vía marítima los tres aviones a Chile.
Los tres aviones aparecen en el registro nacional de matrícula del año 1973, inscritos a partir del mes de Mayo de ese año (en este caso el c/n CV-520 con matrícula CC-CDU, aunque hay quienes sostienen que nunca la utilizó, que es distinto a que no halla sido inscrito con esta matrícula en el registro de aeronaves civiles en Chile). En lo personal, no he visto fotos de este avión luciendo la matrícula nacional; sí existen bastantes fotografías con su esquema naval y con matrículas civiles de Francia.
El pasado de este avión hasta llegar al 2006 como 405 Manutara es el siguiente:
Construido en Canadá como OA-10A c/n CV-520, ex 44-34001, BuA67973, N62043, CF-IHC, F-WMKR, F-YCHA, Marina de Francia 20. En otras palabras, perteneció a la Marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, luego se matriculó como civil en EE.UU, pasó a Canadá, fue vendido a civiles en Francia (registra dos inscripciones en este país), para luego pertenecer a la Marina de este último país. En Chile fue registrado como CC-CDU, en Mayo de 1973 y, según el registro de matrículas, posteriormente matrículado como CC-CGY (datos estos últimos por confirmar), pero ya a principio de los años 80, se encontraba como avión canibalizado para mantener la flota en Los Cerrillos, para, a partir de la década de los 90 cuando el Museo de Aire se traslada hasta Los Cerrillos, pasar a formar parte de su colección en lamentable estado de abandono, mismo que duró hasta el año 2004 cuando comienzan en serio los trabajos por recuperarlo y darle así una nueva identidad como el legendario 405. Es digno de destacar el trabajo de agregarle los Blister de observación, ya que el aparato original llegó sin ellos.
Las fotografías en el 2004 y las de su actual estado pertenecen al reconocido fotógrafo aeronáutico Antonio Beghello. Las históricas son de la FACH, y la página oficial de la historia del Arma Aérea de la Flota (Marina de Francia).