Cuenta cuentos en el Rincón Mágico Infantil, de la Biblioteca Pública Municipal N° 308 "Enrique Luza Caceres"

Una invitación al diálogo, en el ámbito de animación de la lectura y la escritura, de quienes aman los libros y a sus lectores. "Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas, puede cambiar el mundo". La Biblioteca Pública Municipal N° 308 "Enrique Luza Caceres", en el Rincón Mágico Infantil esta realizando un cuenta cuentos del Libro Margarita y otros cuentos, durante este semana a las 17:00 hrs. 


A MARGARITA DEBAYLE


Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:


Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.


Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.


La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.


Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.


Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.


Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.


Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.


Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».


La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».


Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».


Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».


Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».


La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.


Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».


Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.


La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.


          * * *


Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.


Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.