CUENTO GANADOR DEL PRIMER CONCURSO DE CUENTOS "PALABRAS A LOS ANDES"
Publicado el Julio 31, 2015 - 09:39
LA YEGUA DE DON BELIZARIO
A principios de los años 50, la plaza de armas de Los Andes era muy distinta a lo que se ve en la actualidad: Por el costado de la calle Maipú se estacionaban una decena de coches Victoria y unos pocos automóviles, contados con los dedos de una mano, se veían pasar de cuando en cuando. Era un lugar tranquilo donde las horas pasaban lentamente. Un personaje habitual en la plaza era don Belizario, conocido agricultor de la Comuna de San Esteban; hombre alto y fornido que siempre vestía de huaso y que llegaba hasta el centro de la ciudad montado en su hermosa yegua alazana a quien cariñosamente llamaba Cristina.
Dos o tres veces a la semana se le veía en el paseo público conversando con sus amigos, mientras la yegua permanecía atada junto a un bebedero.
Una tarde de primavera, don Belizario compartía con sus amigos en uno de los escaños de la plaza, mientras su yegua estaba atada a unos pocos metros. Un Carabinero que andaba de ronda, se aproximó a la yegua al notar algo extraño en ella. Una vez cerca del animal, se dio cuenta que el hocico de Cristina estaba pintado de color rojo.
El Carabinero vio al grupo de varones que conversaba animadamente, y donde por su porte y fuerte vozarrón, sobresalía don Belizario.
-Buenas tardes, señores - dice el policía.- ¿Ustedes saben de quién es ese animal? -
- Ese animal es una yegua, señor - dice con firmeza don Belizario se llama Cristina y es mía
¿Algún problema con ella?-
- Sí señor replica el Carabinero - su yegua tiene el hocico pintado
- Sí- dice el enorme huaso, es lápiz labial
ella es muy coqueta y cuando viene al pueblo le gusta verse bien, por si encuentra un buen macho para ella-
Los amigos de don Belizario estallaron en carcajadas y no podían parar de reír ante la original respuesta del hombre, lo que provocó la ira del Carabinero.
-Señor- dijo el uniformado- A usted le voy a pasar una multa por maltrato animal en la vía pública-
-¿Una multa
? ¿Y por cuánto es la multa?
- 25 pesos- respondió el Carabinero. Don Belizario sacó de su bolsillo un fajo de billetes y le pasó uno de ellos al policía. Toma, aquí tenís 50; porque mañana voy a volver a venir con la Cristina con los labios pintados. Diciendo esto, el hombrón montó su yegua y se fue.
Se cuenta que al día siguiente don Belizario estuvo toda la tarde en la plaza con su yegua, la que lucía un encendido tono carmín en su hocico, además de dos trenzas de flores amarillas sujetas a sus crines. Esa tarde al Carabinero no se le vio ni la luz.
José Manuel Covarrubias Sánchez

