Autor victoriense descubre la verdadera historia de “Moby Dick”





 



- En su última novela, presentada el sábado 15 de diciembre en Santiago, el escritor de nuestra ciudad se sumerge en el origen mapuche de la ballena más famosa de la literatura universal.


La historia es real. En noviembre de 1820, el ballenero norteamericano Essex fue embestido por una enorme ballena albina de la especie cachalote frente a las costas del sur Chile. Tras noventa días en alta mar, los supervivientes relataron su horrible experiencia. Este hecho fue reporteado por el periodista neoyorquino Jeremiah Reynolds en 1829 quien se encontraba en Valparaíso. Le atribuían propiedades sobrenaturales y  atacaba a los pescadores, destruyendo botes y barcos. El monstruo  tenía varios arpones clavados en el lomo y  cicatrices que aumentaban ya el pavor de su fantasmagórico color blanco. La ballena era llamada por los marineros Mocha Dick. Mocha porque se avistaba alrededor de Isla Mocha y Dick porque era  muy usado por los balleneros de esos años. En 1840, Jeremiah Reynolds publicaría el relato “Mocha Dick: la Ballena Blanca del Pacífico del Sur”, escrito que impresionó al escritor Herman Melville quien la usó para dar forma a “Moby Dick”, la novela de lengua inglesa más importante de la historia de la literatura.


A pesar de los  estudios que hay sobre Moby Dick, existía una gran deuda pendiente. Nada se refería al origen chileno de la famosa ballena blanca; historia que se remonta siglos más allá del relato de Reynolds y del hundimiento del Essex para engancharse con el mito mapuche del Trempulcahue, que sostiene que hacia la isla Mocha eran enviadas las almas de los grandes guerreros indígenas las que eran custodiadas por cuatro machis, la más anciana de las cuales poseía el don de convertirse en la abuela de todas las ballenas: un gigantesco y feroz cetáceo blanco, tal cual lo describieron los supervivientes del Essex y quienes contaron el relato a posterioridad.


Debido a estos dos hechos: el mito mapuche y la historia real de la ballena blanca chilena, el escritor victoriense Francisco Ortega, acaba de presentar la novela gráfica “Mocha Dick: La Leyenda de la Ballena Blanca”, un relato protagonizado por un joven norteamericano y un adolescente mapuche que tras llegar a costas chilenas a inicios del siglo XIX, descubren la leyenda de la ballena blanca y se obsesionan con protegerla de los cazadores. La idea de Ortega es devolverle la Ballena Blanca a Chile, “por más de cien años ha sido patrimonio de la literatura universal y norteamericana, pero Moby Dick –o Mocha Dick, según su verdadero nombre- fue un cetáceo chileno, había que traerlo de regreso a su patria y al sur de Chile. La Ballena Blanca nadaba en las costas de la Araucanía, los mapuche nos hablaban de ella mucho antes que Reynolds o Herman Melville”, declara entusiasmado el autor, “que el cachalote blanco no sea tan popular como el Caleuche es una gran injusticia que queremos remediar”.


“Mocha Dick: La Leyenda de la Ballena Blanca” fue publicada la semana pasada, estando disponible en cadenas de librerías de Chile, como Antártica y Feriamix. La obra será editada en Argentina en abril de 2013, donde será presentada en la Feria del Libro de Buenos Aires y hay interés concreto de México, Colombia y Perú. “Pero eso no es lo más gratificante”, señala el escritor, “ya que hemos recibido correos electrónicos de editores de Francia y Estados Unidos con mucho interés en que la obra sea traducida”, si eso se concretara se trataría de la primera obra internacional del escritor de “60 Kilómetros”.


Francisco Ortega acaba de arribar de Guadalajara, como parte de la delegación de escritores chilenos invitado a la Feria del Libro, allí presenta su obra narrativa constituida por las novelas “60 Kilómetros”, “El Número Kaifman”, “1899”, “CHIL3” y “El Horror de Berkoff”, además de un adelanto de “Mocha Dick: La Leyenda de la Ballena Blanca”. En el evento hubo interés de dos editoriales norteamericanas por la traducción de “El Horror de Berkoff”, novela publicada en 2012 que transcurre precisamente en las calles de nuestra ciudad de Victoria.