Un homenaje al poeta Mejillonino

 

Hoy 28 de marzo estamos cumpliendo un año más al servicio de la cultura de nuestra Comuna, y la mejor forma de celebrar es compartiendo con Ustedes este maravilloso articulo   aparecido el domingo 24 de marzo en El Mercurio de Antofagasta, LINTERNA DE PAPEL en la pluma de don Andrés Sabella, recordando el fallecimiento del poeta Neftalí Agrella. Este articulo lo envío la Señora María Canihuante Vergara Directora del Museo Andrés Sabella, al cumplirse 56 años de su fallecimiento.

NEFTALÍ AGRELLA 

Andrés Sabella 

En “Selva Lírica” se alude, fugazmente, a Neftalí de la Fuente, contando que llegó a la capital desde el norte, vagó por sus calles, se aproximó a ciertos poetas y, luego, desapareció en el misterio. Era el futuro Neftalí Agrella (Mejillones, 1896), a quien le tocó la honra de enseñarnos la breve y fascinadora arquitectura del hai-kai, en su libro Poemas, editado en Valparaíso, 1925.

Era Agrella un hombre de rostro firme, de cordialidad varonil, de entusiasmo y de fe. Cuando sentía que alguien le estaba tendiendo amargas para echarlo al suelo, le brotaba “el otro Agrella” que le ardía por dentro: entonces, estallaba. Pero, en una y otra fase, nunca extravió aquella melancolía secreta que alcanzaba a sus miradas. Neftalí existió siempre envuelto en misterios, rezongando, peleando con directores de diarios y revistas, juntando notas de cultura que lo convertían en una caja fuerte de sabidurías. Aprendió solo, en la paz de Mejillones, el inglés y el francés. Después hablaría japonés y se atrevería a cualquier aventura que le saliera al camino. Al fundarse, en 1945, la Sociedad de Escritores Jóvenes de Chile, Neftalí pidió ser aceptado junto a los fundadores:

- Imposible, Agrella, porque, ahora, tú cumplirás cincuenta años…

Neftalí replicó, agitando invisibles garrotes en el aire:

- Los viejos son ustedes que llevan la cuenta de los años en los dedos. Yo soy el más joven de todos ustedes.

Y aunque no lo acogieron en la sociedad, no falló jamás a sus reuniones y tertulias.

En su historia figuraba la única “Comida Futurista” servida en Chile, organizada al aparecer la revista “Nguillatún”. Los asistentes debían concurrir con camisa y corbata de papel. Se inició con el café y concluyó con la entrada.

Cuando la nostalgia nos acorralaba, hablábamos del Norte. Neftalí recitaba sus versos dedicados al puerto inmóvil, donde dormía “El capitán abandonado” que, por treinta años, clamó “en la sartén de las tripulaciones”.

Es el Poeta de Mejillones que falleció el 24 de marzo de 1957

 

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