La narrativa de Manuel Rojas

Nunca he podido pensar como pudiera hacerlo un metro, línea tras línea, centímetro tras

centímetro, hasta llegar a ciento mil, y mi memoria no es mucho mejor: salta de un hecho a

otro y toma a veces los que aparecen primero, volviendo sobre sus pasos solo cuando los

otros, más perezosos o más densos, empiezan a surgir a su vez desde el fondo de la vida

pasada.

 

Manuel Rojas. Hijo de ladrón. Madrid: Cátedra, 2001, p. 53.

 

Manuel Rojas Sepúlveda (1896-1973) fue un reconocido escritor chileno, autodidacta que

revolucionó la forma narrativa de época, rechazando el realismo tradicional del naturalismo

y el criollismo, cambiando las estructuras y el lenguaje, tanto como la sensibilidad de los

personajes y las situaciones narrativas. Es decir, incorporó a la literatura chilena rasgos

propios del superrealismo que comenzaron a aparecer en la generación de 1927, a la que

se describe junto a otros autores de carácter innovador como Juan Emar y Salvador Reyes.

En el concurso (1950) realizado por la Sociedad de Escritores de Chile, fue presentada su

novela Hijo de ladrón; con el título Tiempo irremediable, Manuel Rojas introdujo el monólogo

interior(o corriente de la conciencia), específicamente en el fragmento conocido como “La

herida”. Es la primera vez que en la narrativa chilena aparecen en forma consciente los

procedimientos utilizados en la novela anglosajona.

Otro rasgo importante, entre las innovaciones narrativas que aportó Manuel Rojas a la

literatura nacional, es la incursión psicológica y existencial en sus personajes, situados en

una condición de marginalidad social, como ladrones, pescadores, aventureros. actores de

teatro, bohemios, adolescentes en formación, entre otros. Uno de sus personajes más

importantes, Aniceto Hevia, es precisamente un adolescente en formación, la que es

representada en la conciencia de la tetralogía de aprendizaje, constituida por las novelas

Hijo de ladrón (1951). Mejor que el vino (1958), Sombras contra el muro (1964) y La oscura

vida radiante (1971).

También, la obra de Manuel Rojas tiene fuertes rasgos autobiográficos. El mismo autor fue

protagonista de diversas aventuras que lo llevaron a atravesar la cordillera de Los Andes a

pie por el Cajón del Maipo y a desempeñar múltiples oficios en su vida, como apuntador de

teatro y cuidador de lanchas en Valparaíso. obrero y viajero; experiencias que quedaron

plasmadas en textos como: A pie por Chile, Lanchas en la bahía o los escritos recogidos en

su Antología autobiográfica.

Sumando diversas experiencias, además de su nutrida obra narrativa, Manue Rojas escribió

textos de carácter teórico como Apuntes sobre la expresión escrita y una Breve historia de

la literatura chilena. Además, colaboró regularmente con variados artículos en la revista

Babel. También incursionó en la poesía, con el soneto “Gusano”, antologado en la revista

Los Diez, y los libros "Tonada del transeúnte" (1927) y "Deshecha rosa" (1954).

 

Con su vasta trayectoria literaria, Manuel Rojas recibió el Premio Nacional de Literatura en

1957.

Edición: Camila García - Javiera Díaz

Fuente: https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3592.html

Fotografía: https://educrea.cl/manuel-rojas/