Juventud sin interés en la lectura
Publicado el Abril 23, 2021 - 15:24Es algo muy preocupante que los niños, niñas, jóvenes y adolescentes no lean, y así lo manifiestan los testimonios de los profesionales de la educación, porque nadie sabe mejor que ellos los problemas que esto puede ocasionar. El no resolver este problema puede acarrear un serio coste en la educación en tiempo y en dedicación de profesionales para poder paliar el problema. Con la crisis económica que está sufriendo los países del mundo, es obligación de las autoridades el poder evitar estos gastos.
Estos niños, niñas y jóvenes no muestran interés en leer y por lo tanto están destinados al fracaso escolar. El alumnado con escaso vocabulario, con escasa atención y que, generalmente, molestan en clase porque se aburren.
Este problema empezó a incrementarse en los años setenta y el número de no lectores ha ido en aumento con el paso del tiempo. Las causas pueden ser varias, pero hay algunos factores que pueden ser origen, si no en su totalidad, en un alto porcentaje.
1.- Norma aparecida a finales de los años sesenta: Reducir el vocabulario de los niños a nivel de comprensión. De esta manera se potencia la memoria racional y no se considera la memoria mecánica. Resultado escaso vocabulario en los niños que, al leer, no reconocen gran parte de las palabras en los textos y como consecuencia no les gusta leer.
Es muy importante el tener en cuenta que la primera memoria que de forma natural tiene el niño es la mecánica, y posteriormente va derivando a una memoria racional; por lo tanto, deberíamos potenciar la memoria mecánica en el período de tiempo que la necesita y la memoria de los distintos sentidos.
Cierto es que la memoria racional facilita la comprensión lectora, pero también es cierto que la memoria mecánica produce en el niño un amplio vocabulario que, si al principio no entiende, sin embargo, reconoce las palabras en los textos escritos y poco a poco los va comprendiendo y se enriquece con las distintas acepciones de las palabras.
Como consecuencia de la norma de reducir el vocabulario a nivel racional no se enseña a los niños poesías ni tampoco a cantar. Esta actuación es un error porque al declamar poesías el niño adquiere una mejor fluidez de vocalización, claridad de expresión y mejora su autoestima.
Gracias a esas poesías, oraciones, canciones, que se les enseña siendo muy pequeños, se aprende a hablar y a adquirir un amplio vocabulario que nos ayudan al leer.
Es digno de recordar esos mimos y canciones que nos hacían nuestros padres y familiares cuando éramos muy pequeños, las historias de los abuelos sobre la familia. Eran las primeras lecciones del lenguaje.
2.- La poca relación entre padres e hijos. En esta sociedad que nos ha tocado vivir el trabajo absorbe mucho de nuestro tiempo en cantidad e intensidad.
Los padres, unas veces por la ocupación laboral y otras por la necesidad de descansar no atienden a sus hijos todo el tiempo que es necesario y que ellos mismos desearían. Por ese motivo la relación de padres e hijos es muy escasa o casi nula; esto trae como consecuencia que los niños no aprendan a hablar correctamente, sean muy distraídos, puedan desarrollar alteraciones de aprendizaje y que muestren poco interés en aprender.
3.- Las guarderías, Sala Cunas y/o jardín infantil. Ahora que el tiempo es tan escaso para poder atender a los hijos, las guarderías pueden hacer un servicio y una labor dignos de elogio. Los padres tienen que escoger la guardería para sus hijos con atención para poder elegir la que crean más conveniente.
Sería lamentable la existencia de guarderías que casi se limitaran a aparcar niños y dieran escasos conocimientos…Y tienen la gran oportunidad de tener los niños desde la edad cero pudiendo desarrollar su inteligencia por medio de los sentidos; por esa razón las guarderías deben hacer la labor de los padres y de desarrollar los sentidos por medio de la estimulación, naturalmente con la asesoría de un profesional debidamente capacitado.
Por otra parte, últimamente está aumentando considerablemente el número de los niños que hablan incorrectamente, sin anomalía aparente y sí por defecto funcional de vocalización con lo cual se plantea un problema notable en la educación infantil, en la educación básica y media. Este problema tendría una solución importante si en las guarderías, alrededor de los quince meses de edad de los niños, les enseñaran canciones, poesías, etc. Esta medida no sería muy costosa porque no sería necesario personal especializado sino simplemente que, al enseñarles canciones, poesías, cuentos, vocalicen correctamente porque los niños aprenden a hablar por imitación.
En esta sociedad en la que vivimos estos niños, niñas y jóvenes no lectores tienen pocos argumentos para defenderse y no ser manipulados. Sería muy conveniente que la enseñanza abarcara desde los cero años convirtiendo las guarderías en centros docentes donde les hayan estimulado los sentidos, hayan aprendido a hablar con corrección, les evite las alteraciones de aprendizaje y hayan adquirido un vocabulario que les va a facilitar significativamente el aprendizaje de la escuela y que no sean tan vulnerables.
Autor: Christopher Moller.