En muchos lugares de El Monte, se han encontrado restos materiales dejados por los Picunches, pero el más importante es sin duda el callejón Llopeo, conocido actualmente como El Gallo.
Allí se han encontrado además de restos de alfarería, las tan comunes Piedras Horadadas, que se caracterizan por tener un orificio de considerable diámetro en el medio.
Este utensilio prestaba dos utilidades al indio:
Por un lado servía para darle peso a una herramienta de labranza llamada Coa, que consistía en un palo aguzado, con el cual se abría la tierra para plantar la semilla
Y en otro sentido introduciéndole un palo más corto y amarrado con correón, convertido en un arma llamada Maza.
Este era el uso que se le daba a piedras entre 10 a 15 centímetros, que generalmente se encuentran en algunos fundos o parcelas de Chiñigue, Lo Chacón y El Monte.
Se encuentran, Piedras Horadadas más pequeñas, de aproximadamente 5 centímetros, que eran usadas por las mujeres Picunches para hilar la lana de las llamas, tan utilizada en la elaboración de telares.
Piedras más grandes, que exceden los 20 centímetros eran utilizadas por los Picunches de más al Sur, como por ejemplo los del Maule, que contaban con canoas para esos ríos y en que esta piedra hacía las veces de ancla.
Sobre la Coa, que era tan característico de los Picunches, se debe acotar que esta era una herramienta de labranza del pueblo Atacameño que habitó en la misma época de los Picunches en la segunda región. Esto ratifica que los pueblos del centro de Chile recibieron fuertes influencias de las culturas nortinas que estaban mucho mas desarrolladas en cuanto a formas de vida, principalmente en el plano agrícola.
Basta señalar a modo de ejemplo que el cultivo del maíz era uno de los alimentos principales de los Picunches, fue un producto traspasado de los indígenas del Norte ya señalados, a las comunidades de Chile Central.
Otro antecedente importante es el hallazgo de Piedras Horadadas, que se han realizado en quebradas y faldeos de los cerros de La Puntilla, El Monte. A la luz de esto, se deduce que los primeros pobladores del valle, a parte de desplazarse a esos lugares en busca de frutos silvestres, también practicaban allí la caza, para lo cual iban equipados con las armas correspondientes, para este caso la Maza
Una muestra de las Piedras Horadadas se puede encontrar en el Museo Patrimonial Contemporáneo El Monte