Alberto Cumplido, Músico y Poeta en los Recodos del Maule

                   Desde hace un tiempo que ubicaba el trabajo musical del  eximio compositor y guitarrista Alberto Cumplido, artista de nivel internacional especializado en la guitarra. Había visto videos suyos en concierto y la publicidad anunciando sus distintas presentaciones, como también  artículos de prensa dando cuenta de sus becas al extranjero, premios y presentaciones. Sin ser yo un conocedor ni mucho menos un especialista en temas musicales, mi simple percepción musical me intuían que estaba  ante la obra de un artista de fuste y nivel internacional, que por extrañas razones lo veía vinculado a las provincias de la región del Maule, primero en presentaciones en el TRM de Talca y un “Festival de Entrecuerdas”, de dimensión internacional,  que incluso en uno de sus certámenes  se realizó en Curicó en el centro de extensión de la UCM.


La inexcusable poesía


                  Pero junto con su música, clásica y experimental en el jazz, también descubría al Alberto Cumplido poeta, autor de varios libros, algunos publicados en el extranjero, de esta manera la otra faceta de este artista se dimensionaba en su totalidad creadora, así de paso me enteré que fue alumno del ya mitológico, para nosotros meros y simples “escribidores  de versos” en la provincia, Enrique Lihn  bardo de poderosa y prolífica obra, progenitor literario de numerosos poetas que han emergido desde los lejanos años ochenta  poblando el horizonte lírico chileno. Por ello,  Cumplido, con sólida formación artística nos deslumbra con su obra poética, versos minimalistas, suerte de pequeños haikus, frases certeras, imágenes destellantes y cavilaciones profundas desde el yo íntimo, la conciencia subjetiva y su entorno.


                   De esta forma nos adentramos en la dimensión total del artista cuya fuerza creativa lo arroja desde los sones musicales, al verso y a la palabra como expresión del lenguaje. Intuyo de la música  a la poesía, existe una comunión entre el sentido expresivo del artista, expresiones de la sonoridad de los acordes a la analogía de la sonoridad de las palabras y el uso de los silencios, como descriptores de la geografía espiritual de nuestro artista, al parecer disconforme con el mundanal y profano mundo de las ciudades en su tráfago brutal, tal vez por ello que la grandeza de este artista se anida en un pequeño poblado cercano a Talca, donde al igual que nuestro extinto y universal Pablo Neruda, construye y re construye su pequeño universo, mundo y olimpo, en su casa, con los elementos de la existencia, y en ese oasis suelta la creación libre y atenta  a las musas, cuya carnalidad intangible y tangible, es pan diario de la creación.


Discos y Libros


 


                   Indagando más sobre la obra musical de Alberto Cumplido encontramos los siguientes discos “Carreteras del Tiempo” (Alerce 1986), “Después de la Época Romántica de las  Gasolineras” (Alemania 1992), “Cuadrivio” (Fondart 2002), “Eólico” (Fondart 2002) “Cuarteto Iniesta” (Fondart 2003) y “En Algún Lugar” (Fondart 2008), seis discos a los que se agregan  los libros, en casi  igual número :


“La Noche de la loba”, “Bajo la Influencia del Go”, “Morada de Hastío”, “El Insomnio de los Muertos” y “Epitafios”.  Debemos agregar su incursión cinematográfica con el films “El Armario”, algunos corto metrajes y documentales artísticos además la composición musical para trabajos audiovisuales, teatro y danza.


                  Con tan prolífica creación para sus años, Cumplido nos ofrece una propuesta sólida y potente, arraigada  en su cosmovisión personal que de seguro se alimenta y entronca con la experiencia de una vida cosmopolita, itinerante y peregrina, pero a su vez con las raíces que expande a la tierra, a la provincia, a la aldea universal (Como dijo León Tolstóis) y creadora de cuyo barro, cuyos adobes, maderas y piedras, ateridos a la fértil provincia, aquella de trenes de ramales seculares  a la costa, iglesias  patrimoniales que se adhieren al paisaje majestuoso, coronado por la gran serpiente fluvial que da nombre a esta región, es decir el río Maule, cuyo serpenteo costero, suspira el talento que recoge nuestro genio  de las palabras y las cuerdas, como un trovador  mágico de nuestro tiempo; ese es Alberto Cumplido.